Las aplicaciones de la robótica en la industria automotriz responden al objetivo de mejorar la productividad, la rentabilidad y la flexibilidad productiva en un sector tan costoso como el de la automoción y los subcontratistas, donde cada minuto es oro.
Algunas de las aplicaciones de la robótica más habituales para el sector son el montaje, el control de calidad y la alimentación de máquinas.
La automatización flexible de estos procesos es clave para la competitividad de una industria estratégica para el progreso económico de España. De acuerdo con las cifras que baraja la Asociación Española de Proveedores de Automoción, nuestro país alberga 17 factorías de fabricación de vehículos y más de 1.000 empresas fabricantes de equipos y componentes que, en su conjunto, dan trabajo a cerca de 365.000 personas, sin contar los puestos de trabajo indirectos.
Que este motor económico siga siendo competitivo depende de su capacidad tecnológica y de capacitación para acoger proyectos globales de acuerdo con las tendencias que afronta el sector de la automoción. Hablamos, por ejemplo, de la movilidad híbrida y eléctrica, la conectividad, la digitalización o los nuevos modelos de negocio basados en el car as a service.
En este contexto de transición, ¿por qué las aplicaciones de la robótica colaborativa están apuntalando la competitividad del sector, tanto a nivel de grandes fabricantes de autos como de manufacturas pequeñas y medianas? A modo orientativo, podemos destacar cuatro motivos:
- Los cobots se configuran en menos de una hora.
- Pueden reubicarse en distintas líneas de montaje. Los robots colaborativos pesan como máximo 32 kilos y, además, cuentan con una gran variedad de accesorios (desde cámaras de visión artificial hasta garras) que les aportan versatilidad.
- Reprogramarlos es accesible e intuitivo para cualquier operario.
- Sus 17 funciones de seguridad hacen que puedan trabajar en espacios abiertos junto a operarios, sin que la empresa de automoción tenga que invertir en costosas infraestructuras.
Aplicaciones de robótica para fabricar automóviles
Los brazos robóticos son lo suficientemente versátiles como para operar en todas las etapas de la línea de producción en el sector de la automoción. Lógicamente, la cadena de montaje es una de las fases de producción en la que pueden ser más determinantes.
Algunas de las aplicaciones de robótica más comunes en automoción son:
- Alimentación de máquinas.
- Montaje (por ejemplo, atornillado o inserción).
- Dispensing (de pegado, sellado o pintura).
- Acabado de superficies (pulido y lijado).
- Soldadura (por arco o electrónica).
- Eliminación de material (amolado o desbarbado).
- Control de calidad.
Los cobots son precisos. De hecho, tienen una variabilidad inferior a +/- 0,03 mm (30 micras). Por tanto, son consistentes y fiables a la hora de completar tareas como el atornillado o la inserción de piezas minimizando los desperfectos, al tiempo que reducen las lesiones propiciadas por posiciones poco ergonómicas y movimientos repetitivos.
De las ventajas de los cobots respecto a los diferentes tipos de robots que existen nos habló Oscar Orcajo, responsable de nuestro integrador certificado WECOBOTS: “la implantación de la robótica colaborativa es más simple. Un robot tradicional puede pesar entre 200 y 300 kilos, y necesita una peana grande, grandes taladros en el suelo, vallas de protección… Su instalación exige una parada técnica larga. En cambio, los cobots pueden implantarse en un fin de semana. Por todo ello, los robots colaborativos están abriendo nuevas posibilidades, tanto en sector de la automoción como en otros sectores”.
Aplicaciones de la robótica para la inspección de calidad
Una de estas posibilidades se encuentra en las aplicaciones de control de calidad. Al incorporar cámaras de visión, los cobots pueden repetir de forma regular, repetida y estandarizada los mismos procesos de control, con una desviación mínima, para garantizar la calidad de las piezas de un automóvil.
En una planta de Reino Unido de un gigante de la automoción, nuestro integrador Nutai diseñó una instalación para la inspección de motores consistente en dos robots UR10 equipados con tecnología de visión artificial y levantados sobre una peana junto al transportador de línea. En menos de un minuto, los cobots pueden analizar 50 puntos de control. Prestan atención a detalles como la presencia en el motor de conectores y su correcto montaje, los tapones, las etiquetas, las cubiertas de plástico, las fugas de aceite, etc.
Para solventar el difícil acceso a una de las caras del motor, Nutai proveyó a los cobots de tecnología de lente líquida, la cual permite capturar imágenes tanto de detalle como de la cara completa del motor.
Aplicaciones para la supervisión de maquinaria
Finalmente, otra aplicación de la robótica en el sector automotriz en la que sobresalen los cobots es el de la supervisión y alimentación de maquinaria. Y es que los robots colaborativos pueden dar continuidad a las líneas de producción al comunicarse con otras máquinas, como por ejemplo los centros de mecanizado.
De este modo, un robot colaborativo puede alimentar un torno con las piezas sin tratar, indicar a la máquina que inicie el proceso de fresado, desbarbado o perforación y, al finalizar, trasladar las piezas mecanizadas a la siguiente estación de trabajo. Todo ello adaptándose a los ciclos de producción, garantizando la integridad de las piezas y liberando a los empleados de una tarea ardua y repetitiva.