El 18% de las instalaciones robóticas llevadas a cabo en España en 2020 correspondieron al sector de la alimentación y las bebidas, según la Internacional Federation of Robotics (IFR). El informe World Robotics Report 2021 sitúa al food&beverage en tercer lugar en cuanto a la adquisición de robots (por detrás de la automoción y el metal) y señala una evolución notable en la automatización de procesos en la industria alimentaria.
“La industria alimentaria podría ser el primer sector de la historia con toda su cadena de valor automatizada”, afirmó en Automation Review Marius Robles, Chief Visionary Officer de Food By Robots. El experto detectó cuatro tendencias posibilitadas o impulsadas por la robótica:
- El robot delivery.
- La robótica de food service para modificar la experiencia gastronómica.
- La alimentación personalizada.
- La robotización del from farm to table.
Es en este último punto donde los robots colaborativos están suponiendo un antes y un después en la automatización de procesos de la industria alimentaria. Los cobots aportan flexibilidad a los procesos, seguridad en la manipulación de alimentos, estandarización en la calidad final de los productos y confianza a la hora de trabajar al lado de los empleados humanos.
Veamos cinco ejemplos de las aplicaciones más comunes de cobots para la automatización de procesos en la industria alimentaria.
1. Alimentar una conformadora de cajas
El grupo cervecero Carlsberg instaló en su factoría de Fredericia (Dinamarca) dos brazos robóticos (el UR3 y el UR10) para alimentar una máquina conformadora de cajas.
En primer lugar, el potente UR10 recoge un conjunto de diez cajas de cartón unidas por un cable de embalaje. A continuación, el ligero UR3 corta y desecha del fleje. Mientras tanto, el UR10 alimenta la conformadora de cajas.
Este trabajo conjunto permite gestionar hasta 500 cajas cada hora, lo que supuso liberar la carga de trabajo de los operarios en un 60% e implantar una cultura de cero lesiones. Gracias a ello, los empleados se pueden centrar en tareas de alta prioridad, como el control de calidad y el mantenimiento de la línea.
2. Etiquetado con robots colaborativos
El etiquetado de productos y cajas de una forma precisa, constante y rápida es una de las tareas más repetitivas, tediosas y costosas que tienen que afrontar las empresas alimentarias. Sin embargo, es un punto clave que no admite errores como la mala colocación del adhesivo o una ubicación incorrecta. La alta flexibilidad de los robots colaborativos y su repetibilidad explican por qué esta tecnología se está introduciendo de forma masiva en el sector.
Las células de etiquetado con robots colaborativos son capaces de detectar y definir la fuerza exacta de contacto que precisan para etiquetar correctamente un producto. Si cuentan, además, con un sistema de visión integrado, pueden cubrir también tareas de validación del etiquetado y participar en la trazabilidad de los productos a lo largo de la cadena de suministro.
3. Encajado cárnico con cobots
Otro ámbito de aplicación de la robótica colaborativa es el encajado cárnico. Es el caso de la preparación de bandejas de lomo, en el que un sistema unificado de cobot y cinta transportadora se encarga de transportar y recoger las bandejas con productos para colocarlas en cajas mediante un brazo robótico.
Ejemplo de esta aplicación es la máquina de encajado automático TESA UR50, desarrollada por TEMIC. Con una gripper intercambiable y tres formatos distintos de encajado que pueden seleccionarse en un panel fácil de usar, la flexibilidad es el principal valor de la solución basada en un robot colaborativo. La máquina puede encajar 50 bandejas por minuto.
4. Encajado de huevos
Otro ejemplo de encajado con cobots nos llega de la mano de la empresa Cascina Italia, donde un cobot UR5 instalado en una de sus líneas de producción se encarga de preparar cajas de huevos a un ritmo de 1,5 millones de unidades al día. Cada caja contiene 144 cartones de diez huevos cada una. Debido al tamaño compacto del robot y a que puede trabajar sin vallas de forma segura, ocupa poco espacio en la planta de fabricación. El hecho de automatizar el llenado de los paquetes permitió cubrir un arduo proceso evitando riesgos para el personal.
5. Paletizado flexible
Pasar del envasado y paletizado de gambas al de aceitunas, y luego al de corazones de alcachofas, y después al de tomates deshidratados, era un auténtico desafío para la empresa Atria Scandinavia. Gracias a su configuración intuitiva, los brazos robóticos provocaron que el tránsito de un producto a otro no implicara seis horas como antaño, sino tan solo 20 minutos. Esta facilidad de uso también animó a la compañía a adaptar la aplicación a sus necesidades. En paralelo, la instalación de cobots redujo un 25% los residuos de cartón.