En los últimos años, los robots colaborativos han sido una de las mayores innovaciones dentro de la industria manufacturera. Aquellas PYMES que no tenían interés en incorporar la robótica en sus cadenas de producción, se han dado cuenta ahora de los grandes beneficios que aporta la automatización a través de la robótica colaborativa. ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué es lo que anima a las empresas a recurrir a la robótica colaborativa? ¿Qué beneficios aporta la robótica colaborativa a las empresas para querer contar con ella?
Hay dos razones. La primera es que, como su nombre indica, lo robots colaborativos son… colaborativos. De los más de 25.000 cobots Universal Robots instalados, el 80% trabajan sin protección ni medidas de seguridad físicas, que muchas veces son caras y poco prácticas. Además, ocupan demasiado espacio. Este aspecto ha permitido introducir a los cobots en áreas que parecían imposibles de robotizar por problemáticas de espacio y modificación de la línea de producción. Además, para programarlos no es necesario contar con ningún experto en robótica.
La segunda razón es la facilidad de programación. Los robots industriales colaborativos son mucho más fáciles de programar que los robots industriales tradicionales. Cualquier persona puede programar un cobot para realizar funciones sencillas gracias a las interfaces intuitivas y fáciles de usar. En Universal Robots contamos con nuestra plataforma UR+ en la que ofrecemos productos que combinan hardware y software preprogramados Plug & Produce y accesorios para aumentar la versatilidad de los brazos de tu robot. También contamos con nuestra UR Academy, una plataforma que permite aprender a programar un cobot de forma rápida, entretenida y gratuita.
Tras conocer las razones por las que un robot colaborativo es beneficioso para la industria, nos preguntamos: ¿cómo se determina si un robot colaborativo es adecuado para un negocio? La respuesta radica en tres preguntas fundamentales que debemos hacernos.
¿Tiene que realizar una tarea repetitiva?
Esta es la primera pregunta que debemos hacernos porque los robots, tanto colaborativos como tradicionales, están programados para realizar la misma tarea una y otra vez. Donde realmente es útil un robot es realizando tareas monótonas y repetitivas. Por ejemplo, colocar productos en sus envases, atornillar pernos o empaquetar periódicos son tareas que podría hacer un robot colaborativo de forma rápida y eficiente.
¿Cuántas horas tendría que trabajar?
Esta es una cuestión muy importante aunque no lo parezca. Es el paso previo a la instalación del cobot. Tras haber determinado si la tarea a realizar es factible, necesitamos calcular cuál será su ROI (retorno de la inversión) para asegurarnos de su viabilidad desde el punto de vista económico. Este aspecto nos lo preguntamos muchas veces cuando ya es demasiado tarde, por lo tanto, debemos ser previsores.
El ROI se calcula midiendo varios factores como: las tareas a realizar, las horas de trabajo y el coste del personal. No tendría sentido adquirir un cobot, instalarlo y programarlo para realizar una tarea fácil de llevar a cabo y que no fuera lo suficientemente significativa dentro del proceso de producción. Esto haría que el retorno de la inversión fuese demasiado largo y no estaríamos aprovechando una de las características fundamentales de los robots colaborativos, que es su rápido retorno de la inversión. Se calcula que se produce entre los 3 y 12 meses.
¿Responde la tarea a las “tres D” (Dirty, Dull, Dangerous)?
Las “tres D”, que pueden traducirse al castellano como tareas sucias, aburridas y peligrosas, están relacionadas con el tipo de tareas en las que un robot es más beneficioso que un ser humano. Es evidente que un robot colaborativo siempre realizará las tareas más aburridas y repetitivas de forma más eficiente y rápida que una persona. Para una persona no es nada motivante tener que empaquetar periódicos de forma mecánica o soldar siempre la misma pieza en una cadena de montaje.
Ahora bien, ¿cuáles son los trabajos “sucios y peligrosos”? Son aquellas labores que se realizan en entornos sucios o malolientes y que muchas veces fuerzan al empleado a tener que hacer una parada para limpiarse. Trabajos difíciles y frecuentemente desmotivantes para los empleados. Algunos de ellos, además de sucios, son peligrosos como por ejemplo los trabajos en los que se manipulan productos químicos o con herramientas complejas como un soldador de plasma.
La robótica colaborativa se emplea principalmente con el objetivo de reducir el riesgo para las personas, evitando que realicen tareas peligrosas y garantizando así su seguridad. El objetivo principal de la robótica colaborativa no es simplemente aumentar el rendimiento y reducir los costes. Los cobots están ideados para colaborar con las personas y evitarles riegos.
Todos estos factores son realmente importantes a la hora de prever la integración de la robótica en nuestra PYME. Los robots colaborativos son los únicos capaces de conciliar aspectos prácticos, económicos y de seguridad.
Uno de los casos en los que se ha realizado este proceso es en Dallas (EEUU), en la compañía Aircraft Tooling, donde se automatizaron tareas que podrían calificarse como sucias, aburridas y peligrosas. Esta compañía instaló un cobot UR10 para procesos de pulverización térmica de tipo plasma.
¿Su PYME está hecha para la robótica?
Después de leer estos consejos, está usted listo para valorar si su empresa está preparada para implementar robots colaborativos en los procesos de producción y comenzar con la automatización de su producción. Si todavía no lo tiene claro, Universal Robots puede aconsejarle. Siempre podrá encontrar un cobot para cada labor y, si no es el caso, ¡nosotros lo creamos!