El primer robot colaborativo creado por Universal Robots nació hace 10 años y fue un cobot con forma de brazo robótico articulado. Pero, ¿qué es un cobot exactamente? En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre ellos y los beneficios que aportan.
innovación y colaboración
El término cobot se utilizó por primera vez en el año 1999. Es un neologismo que surge de la unión de las palabras “colaboración” y “robot”. Cuando hablamos de los robots colaborativos es imprescindible utilizar el término cooperación, pues es su principal función y para lo que fueron creados: para ayudar a las personas en la industria. De hecho, el principal punto de diferenciación de los cobots es su interacción con los operarios en las fábricas.
El robot colaborativo no está creado para ser independiente, sino que su misión es trabajar al lado de las personas. Este robot puede programarse en tiempo real, puede configurarse previamente o puede trabajar junto a un humano. Se puede decir que el cobot hace el papel de asistente del trabajador. Según un estudio realizado en 2016 por investigadores del prestigioso MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) demuestra que la colaboración entre humanos y robots es un 85% más productiva que la de una persona o un robot trabajando por separado. Además, se estima que solo el 10% de los trabajos son totalmente automatizables.
{{cta('273ffde4-c25e-42df-9148-605d91eac3ee','justifycenter')}}
primero: la versatilidad
En teoría un robot colaborativo puede tener distintas formas en cuanto a diseño dependiendo de la función que vaya a realizar. La forma más común de un cobot es la de un brazo articulado, capaz de atornillar, lijar, coger objetos, pegar o soldar, entre otras. Dependiendo de su programación (que es extremadamente simple y no requiere habilidades robóticas avanzadas), o sus extensiones (por ejemplo sensores de fuerza y garras) puede realizar una o muchas tareas.
Sin duda, la versatilidad es una de las mayores fortalezas de los robots colaborativos ya que son capaces de realizar una gran variedad de tareas que, para las personas, son demasiado agotadoras, difíciles, peligrosas o incómodas. En ocasiones pueden ser tareas que pongan en peligro al personal de nuestra empresa. Por ejemplo, en Reino Unido, entre 2015 y 2016, se estima que se han perdido alrededor de 8 millones de días laborables debido a lesiones óseas o musculares relacionadas con el trabajo.
Por estos motivos, cada vez se emplean más los cobots para realizar tareas en sectores como la construcción, la industria automotriz o incluso en sanidad (destinados a la asistencia de personas mayores, la manipulación de sustancias tóxicas u operaciones en las que se requieres una alta precisión). Además, también se utilizan cada vez más para los sectores menos esperados, como el sector del espectáculo o de las artes.
razones para el éxito
La creciente popularidad de los robots colaborativos no procede exclusivamente de sus capacidades, sino que también se debe a que es un producto competitivo. El promedio de su ROI (retorno por inversión) en menos de un año le permite acceder al mercado de las pymes el cual no se podía automatizar hasta el momento.
Los robots colaborativos son un producto competitivo gracias a su versatilidad y multitud de funciones que pueden desarrollar. Para la envidia de los robots, el cobot se puede programar para realizar diversas funciones, mientras que el robot, si tiene que hacer nuevas tareas con diferentes desplazamientos, requiere de un proceso complejo de reprogramación. Así que, si nos surgen nuevas necesidades en nuestra empresa con las que no contábamos con anterioridad, no es necesario que compremos otra máquina. Como hemos explicado anteriormente, la programación del cobot es muy sencilla y no requiere la intervención de un especialista. Las funciones más simples, pueden requerir tan sólo unas pocas horas de programación.
Además, existen cursos de formación gratuita en línea disponibles para cualquiera que quiera aprender a programar un cobot. Otra ventaja que nos ofrece el robot es la capacidad de reubicar al trabajador puesto que su trabajo anterior, ahora está cubierto por el cobot. Por esto, el robot colaborativo se convierte en el ayudante perfecto del trabajador y le liberará de una gran cantidad de tiempo que podrá emplear en otras tareas como la supervisión y mantenimiento de maquinarias, la programación de las mismas o la optimización de procesos industriales.
Seguridad
Para finalizar, debemos hablar sobre la seguridad que los robots colaborativos aportan a las personas. Los cobots más pequeños no tienen ningún peligro ya que están programados para detenerse en el momento en el que golpean un obstáculo. Basta con que el contacto sea mínimo para que el cobot se detenga y deje de realizar la función para la que ha sido programado. La instalación de un cobot en una fábrica, al igual que cualquier otro tipo de maquinaría, está sujeto a un análisis de riesgos.
Además, los robots colaborativos cumplen con los estándares actuales de seguridad. Esto hace que sean mucho más fáciles de implementar en una fábrica que los robots tradicionales.
{{cta('d2d1b3b8-a46e-4bd8-9f8c-70b4cbac70de','justifycenter')}}