¿Qué tienen en común el sobreesfuerzo musculoesquelético, los golpes y colisiones contra objetos móviles o en movimiento y el contacto con piezas o herramientas cortantes o punzantes? Todas ellas originan lesiones por accidentes laborales (de hecho, son sus principales causas) y sus peligros afectan especialmente a las labores más físicas. Por ello la prevención de riesgos laborales es uno de los pilares fundamentales en la gestión de las empresas industriales. Fruto de este compromiso, hace tiempo que los robots colaborativos se perciben como un aliado para delegar las tareas más pesadas, arduas e incluso arriesgadas.
Entonces, ¿podemos decir que los robots colaborativos reducen el riesgo de sufrir accidentes laborales?
Para responder la pregunta, situémonos en una situación extrema: pensemos en las labores de inspección y mantenimiento de las aspas de un aerogenerador. Sin duda, el riesgo es un factor inherente al trabajo en altura. Para paliarlo, el sector de las energías renovables ya incorpora robots colaborativos que sustituyen a los técnicos en los procesos de reparación más vertiginosos. Uno de los proyectos de más éxito es el BR-8 de Rope Robotics, respaldado en cobots UR. Supervisados por técnicos de mantenimiento expertos, estos cobots “escaladores” pueden enfilarse a lo alto de un molino de viento para escanear la superficie a tratar, lijarla, limpiarla, llenar la zona dañada, etc.
Algunos datos sobre los accidentes laborales en España
Antes de profundizar en cómo los robots colaborativos ayudan a reducir los accidentes laborales en las empresas, acudamos a las cifras. Según el Ministerio de Trabajo, en 2020 se produjeron en España 1.024.507 accidentes laborales. La mitad (49,34 %) ocasionaron la baja del empleado. Por tanto, la accidentalidad laboral afecta a la salud, la seguridad y el bienestar de los empleados, lo que constituye el principal foco de preocupación de las empresas, pero eso también se traduce en costes económicos, pérdida de competitividad y menor disponibilidad de la mano de obra.
De acuerdo con las estadísticas, los accidentes laborales en 2020 tuvieron como consecuencias más habituales lesiones como: dislocaciones, esguinces y distensiones, heridas y lesiones superficiales, fracturas de huesos, conmoción y lesiones internas, quemaduras, escaldaduras y congelación e infartos o derrames cerebrales.
Hay que añadir que otra fuente de bajas laborales en 2020 fueron los contagios por COVID-19. Precisamente frente a este tipo de accidentes laborales, los robots colaborativos han tenido un papel relevante en los últimos meses, ya que han podido ocuparse de algunas fases de fabricación, permitiendo que la producción no se detuviera durante la pandemia al tiempo que se respetaban los aforos y la distancia de seguridad, ya que una parte de los empleados podía teletrabajar.
Otro dato que debe llamar nuestra atención hace referencia a los accidentes laborales mortales durante la jornada de trabajo: en 2020 ascendieron a 634, lo cual representa un incremento del 13 % respecto al año anterior.
Finalmente, los tres sectores que sufrieron una mayor accidentalidad con baja durante la jornada laboral fueron la industria manufacturera (18 % sobre el total), la construcción (16 %) y el comercio al por mayor y menor, así como la reparación de vehículos a motor (13 %).
¿Por qué los robots colaborativos reducen los accidentes laborales?
Como hemos visto, los trastornos musculoesqueléticos son el tipo de accidente laboral más común en España. Estas lesiones tienen su origen en una ergonomía inadecuada o posturas forzadas al realizar movimientos repetitivos que en muchas ocasiones suponen también levantar peso durante toda la jornada. Son labores que vemos muy a menudo en procesos como el paletizado o el encajado.
La robótica colaborativa está ideada precisamente para liberar a los empleados de las tareas más extenuantes y reducir el riesgo de lesiones. Los robots colaborativos tienen un grado de repetibilidad de +/-0,03 mm. Por tanto, están preparados para realizar el mismo movimiento, a la misma velocidad, durante 24 horas. La precisión es uno de sus puntos fuertes, y pueden levantar pesos de entre 3 y 16 kilos, en función del tipo de brazo robótico.
Cabe también subrayar que los cobots tienen una rotación de 360 grados en todas las articulaciones de la muñeca, lo que es idóneo para trabajar en zonas de difícil acceso que podrían ser arriesgadas para el trabajador humano.
Sin duda, la robótica colaborativa constituye una de las tecnologías más seguras para automatizar tu fabricación y aumentar la producción mientras mejoras las medidas de seguridad en tu planta. Además de relevar a los trabajadores en las tareas que comportan más riesgos laborales, los robots colaborativos están diseñados para trabajar junto a los empleados en espacios reducidos y sin vallado de seguridad. Sus sensores de seguridad hacen posible que el brazo robótico se detenga o aminore la velocidad cuando un operario accede a su espacio de trabajo o colisiona con el robot, reduciendo al mínimo las posibilidades de lesión.