Para conseguir un atornillado con la presión adecuada, un buen acabado, la elección del tornillo exacto y la calidad necesaria para que el producto llegue al final de la cadena de montaje, no cabe duda de que la robótica colaborativa es la herramienta automatizada más apropiada.
Tanto para el sector de la automoción como para los fabricantes de mobiliario, el atornillado es una tarea esencial en todas las cadenas de producción: les permite construir bienes finales bien montados y a una velocidad de trabajo eficiente y rentable.
Te explicamos cómo se mejora el proceso de atornillado de la cadena de montaje con la introducción de un cobot de Universal Robots y qué brazo robótico encaja mejor para cada industria y tarea.
Ventajas de usar brazos robóticos en tareas de atornillado
Atornillado preciso
La precisión es lo que más caracteriza a un robot colaborativo que se encarga de atornillar piezas, repitiendo el mismo movimiento con la misma exactitud y fuerza, sin parar ni cometer errores o variar su forma de trabajo.
Un atornillado con robots colaborativos actúa de forma precisa cuando se necesita ensamblar piezas diferentes, de alto torque y con diferentes sujetadores mezclados que exigen una acción rápida y precisa.
Proceso constante
Un brazo robótico puede estar trabajando de forma continua a todas horas y, con unos breves cambios de configuración, modificar su velocidad para adaptar el ritmo de trabajo.
Repetibilidad exacta
La robótica colaborativa permite márgenes de trabajo y variables imposibles para la mano de obra humana.
En el caso de los brazos robóticos dedicados al atornillado, el grado de repetibilidad que aplican a su trabajo es de +/- 0,03 mm.
Acabados uniformes
El atornillado con robótica colaborativa destaca por su consistencia y repetibilidad: se basa en efectuar una y otra vez movimientos y acciones exactas, bajo los mismos parámetros, obteniendo ensamblados idénticos y piezas totalmente iguales.
Adaptabilidad a la cadena de montaje
Los brazos robóticos de Universal Robots son reconocidos por su ergonomía adaptable a cualquier ubicación y espacio de trabajo, junto a unas interfaces fáciles de programar para que el cobot comience a realizar una nueva tarea de forma constante en cuestión de minutos.
Entorno colaborativo
Con menos riesgos y mayor eficacia, trabajando máquinas y humanos de forma conjunta, segura y eficaz.
Los sistemas de detección de la robótica colaborativa permiten que la velocidad de trabajo y la presión ejercida varíen cuando un humano está cerca para que puedan interactuar de forma segura y cercana.
Ejemplos de industrias que emplean la robótica colaborativa para mejorar los procesos de atornillado
En la automoción
Lear Corporation cuenta con un brazo robótico que realiza unas 8.500 operaciones de atornillado de asientos al día, eliminando los que están defectuosos mediante un control de calidad previo al ensamblaje.
La integración de un cobot UR5 permite que un robot colaborativo se encargue de atornillar asientos en un espacio de trabajo reducido, pero con amplia rotación de movimientos para colocar tornillos de todos los tamaños y en todas las posiciones.
La rotación y fuerza de este cobot hace posible atornillar en cuestión de segundos, con la presión exacta y sin que la complejidad del atornillado sea un impedimento, algo que no está al alcance del brazo o la muñeca de un operario.
La programación fácil y sencilla del UR5 permite usarlo para procesos de atornillado esenciales en la automoción, como tapas de válvulas o pesados y complejos soportes de motor.
En equipamientos electrónicos
La robótica colaborativa para el atornillado no es solo eficaz en industrias que manejan productos de gran tamaño y pesados, sino que también es esencial en la fabricación de pequeños dispositivos electrónicos.
Es el caso de las industrias que fabrican piezas para teléfonos móviles o gadgets, donde se manejan placas y tornillos muy pequeños, de entre 1,2 y 3 milímetros. Un cobot también puede manipular cables que se tienen que atornillar con delicadeza y colocarlos en el lugar correcto, algo esencial en la producción de placas base.
Un ejemplo es el de la empresa italiana Rupes, que invirtió en robótica colaborativa para mejorar la eficacia y calidad del montaje y atornillado de pequeñas piezas, reduciendo el número de productos defectuosos y la rotura de piezas.
El atornillado con brazos robóticos consigue ensamblar piezas minúsculas y manipularlas con la precisión y presión justas para un buen acabado. Eso es algo que el UR3 puede hacer con facilidad por su capacidad de rotación.
Lo más útil para la industria electrónica es que el propio cobot evalúa la calidad e idoneidad de cada pieza antes y después de manipularla a fin de detectar errores y defectos y retirarla de la cadena de montaje.