Todas las miradas están puestas sobre el moldeo de plástico por inyección. Esta técnica de fabricación iniciada en el siglo XIX permite fabricar de forma masiva piezas de formas complejas con rapidez y un alto volumen de producción. Pero, si quiere seguir en la cresta de la ola, el sector necesita incorporar otras ventajas: flexibilidad operativa, precisión, seguridad de los empleados… Ahí es donde entra en juego el robot para máquinas de inyección de plástico. En este artículo te contamos cómo la robótica colaborativa puede ayudarte a sacar el máximo rendimiento de tus procesos de moldeo por inyección.
¿Qué tiene en común una pieza de Lego, el parachoques de un automóvil o una bandeja cárnica? Todos estos productos han sido fabricados a través de la inyección de termoplásticos.
El sector goza de una buena salud. Según la Federación Española de Asociaciones Empresariales de Moldistas y Matriceros, en 2019 el consumo de moldes de inyección de plástico se elevó a los 302 millones de euros en nuestro país. Es la segunda mejor cifra de la última década.
En este sentido, le pedimos mucho a este método de fabricación. Es escalable. Es rápido. Genera pocos residuos y desechos. Ofrece altos niveles de producción a costes competitivos. Una vez diseñado el prototipo del molde, la producción se puede repetir sin cesar.
Las ventajas están más que contrastadas. Pero la pregunta que muchos transformadores de plástico se están haciendo es: ¿son beneficios suficientes para responder a la demanda actual y para competir con el vecino?
Es entonces cuando nuestros clientes se ponen en contacto con nosotros en busca de una ventaja competitiva que les permita sobresalir y sacar el máximo partido de sus máquinas de inyección de plástico.
Retos de futuro para la inyección de plástico
La precisión en la inyección del termoplástico fundido en los moldes de aluminio a la presión justa y la velocidad del proceso para evitar que el material se enfríe antes de haber rellenado el prototipo son aspectos esenciales para evitar desechos y productos defectuosos en la industria de la inyección de plástico.
Asimismo, maximizar la producción de artículos a través de la inyección de plástico depende en gran medida de la capacidad para que el flujo de trabajo sea ágil.
Un robot para máquinas de inyección de plástico puede ser útil a este respecto al encargarse de las tareas más repetitivas que envuelven al proceso, en aplicaciones como el pick and place, el moldeo o la descarga de circuitos impresos.
Robots colaborativos para máquinas de inyección de plástico
Debido a los retos comentados anteriormente, la robótica colaborativa está propagándose con energía en la industria del plástico. Si en 2020 el mercado mundial de los cobots para este sector fue de 227 millones de euros aproximadamente, se calcula que alcanzará los 1.362 millones en 2025. Más concretamente, el 15% de las aplicaciones que están asumiendo los cobots hoy en día corresponden a tareas relacionadas con la inyección de plásticos.
La principal virtud de un robot colaborativo es que puede atender a la máquina de inyección para que produzca de manera continua y sin que sea obligatoria la presencia constante de operarios humanos. Los brazos robóticos se pueden montar en la parte superior o al lado de la máquina de moldeo por inyección, y trabajar en espacios muy reducidos, al no necesitar un vallado de seguridad que los separe de los operarios humanos.
Los cobots son un aliado fiable para acompañar los procesos de inyección de plástico en sus altos niveles de producción. Pero también aportan la flexibilidad necesaria para que este método productivo se adapte más fácilmente a los hábitos de consumo actuales, caracterizados por la volatilidad y los lotes reducidos y personalizados.
Podríamos resumir las ventajas de la robótica colaborativa para la inyección de plásticos en cuatro puntos:
- Adaptabilidad, ya que cada tipo de polímero o resina necesita un proceso con intervalos y temperaturas diferentes.
- Seguridad, al encargarse de tareas que, hechas de forma manual, expondrían a los operarios a gases nocivos.
- Repetibilidad y precisión para alcanzar mayores volúmenes de producción con una mejor calidad.
- Libertad de posiciones, en comparación con los robots cartesianos tradicionales.
Robots colaborativos que ya trabajan con máquinas de inyección de plástico
Los beneficios de la robótica colaborativa para los procesos de moldeo por inyección de plástico no han pasado desapercibidos para numerosas pymes del sector. Un caso paradigmático es el de la empresa suiza Profatec. Al aspirar a expandir su negocio, la compañía se planteó la necesidad de trasladar sus instalaciones a Asia, pero la incorporación de tres cobots (un UR5 en una primera fase y dos UR10 a continuación) garantizó la rentabilidad en la fabricación de piezas de plástico por moldeo.
“Sin nuestros robots, no hubiésemos tenido oportunidad contra los precios más bajos de China”, confiesa el director ejecutivo de Profatec, Chris Battaglia. Esto se explica porque los brazos robóticos se pueden adaptar rápidamente a la inyección de nuevas piezas y, por tanto, producir lotes más reducidos y variados.
Otro ejemplo lo encontramos en la empresa inglesa Clamceats, dedicada a la fabricación de abrazaderas. La compañía necesitaba agilizar las tareas de corte de las piezas de plástico. Con un brazo robótico, pudo automatizar el traslado de piezas no cortadas a la máquina de moldeo de plástico e indicar con precisión dónde debía realizarse el corte.
Interfaz para el uso de robots colaborativos con máquinas de inyección de plástico
En un nuevo paso hacia la integración entre los robots y las máquinas de inyección de plástico, en Universal Robots hemos creado una interfaz para maquinaria de moldeo por inyección (IMMI) que forma parte de la plataforma Universal Robots+.
Compatible con máquinas de moldeo con interfaces de comunicación EUROMAP 67 y SPI AN-146, IMMI facilita y acelera el proceso de instalación, que puede resolverse en menos de diez minutos, incluyendo las funciones de seguridad.
Con IMMI los fabricantes pueden configurar, programar y controlar todo el ciclo de aplicación a través de la consola de programación del robot UR.