Atornillado, amoldado, carga y descarga de piezas, aplicación de adhesivo, colocación de siglas, medición y controles de calidad, pintura, desbarbado, alimentación de máquinas, soldadura… Estas son solo algunas de las aplicaciones que un robot colaborativo puede desempeñar con precisión en las líneas de fabricación de automóviles. Nuevas funcionalidades y soluciones se añaden cada año al “currículum” de los cobots. Eso ocurre gracias a la colaboración entre fabricantes, integradores de robótica colaborativa y distribuidores. Juntos ensanchan el horizonte de los robots colaborativos en la industria de la automoción.
En un contexto de escasez de mano de obra cualificada en los oficios industriales, el hecho de contar con un “compañero” adaptable, seguro y confiable para resolver las tareas manuales repetitivas es una garantía a la hora de mantener la producción a pleno rendimiento. Y más aún en un sector que se encuentra en un momento de cambio, inmerso en el proceso de electrificación de los coches y los problemas de la cadena de suministro.
Ventajas de la robótica colaborativa en automoción, según los usuarios
En la reciente jornada “El futuro de la robótica colaborativa en el sector de la automoción”, reunimos a algunos de los principales referentes en España de una industria que representa el 10% del PIB español y que en 2021 ensambló 2,1 millones de vehículos. Su experiencia nos permitió identificar las ventajas de la robótica en la automoción. Unas ventajas que explican por qué ya hay más de un millón de robots trabajando a nivel mundial en la industria del automóvil de todo el mundo.
Soluciones robóticas que permiten equipos autosuficientes
La facilidad para configurar los cobots a través de su consola de programación e incluso para sustituir su efector final en pocos minutos empodera a los equipos de producción de las fábricas de automóviles. Tras una formación accesible en robótica, los empleados pueden empezar a supervisar los cobots y contribuir a mejorar el rendimiento de la línea en su conjunto.
Este nivel de autosuficiencia lo experimentó el equipo de mantenimiento de SEAT Componentes. Tras formarse con los módulos de UR Academy y realizar un proyecto piloto, el personal protagonizó la integración de diez cobots para automatizar la descarga de 18.000 engranajes mecanizados al día. Este proceso interno duró solo cuatro meses y permite una mejora continua del proceso, con la configuración de nuevas aplicaciones en menos de una hora.
Una perspectiva similar es la que tiene Hutchinson. Su responsable de innovación en Madrid, Jesús Rodríguez, afirma: “Los cobots nos otorgan mucha flexibilidad en instalaciones simples, ágiles y autosuficientes”. El lenguaje amigable de los cobots, la simplicidad de uso, los tiempos bajos de instalación y programación y el hecho de que los trabajadores puedan trabajar cerca de los brazos robóticos sin vallado propician esta autosuficiencia.
La compañía usa los cobots en procesos como el ensamblado de clips, el corte de vidrio o la carga de piezas en máquinas de corte.
La mitad de espacio en la planta de producción
Cuando cada metro cuadrado cuenta, desprenderse de los vallados de seguridad y poder reubicar los equipos constituyen una ventaja competitiva. Hacen que la robótica se adapte al layout existente y no al contrario.
Según Pablo Gimeno, Flexible Manufacturing Coordinator en Ford, los brazos robóticos ocupan aproximadamente un 50% menos que los cobots tradicionales. En su planta de bujías en Valencia, la compañía hizo una primera prueba de concepto en 2016. En 2023, la empresa automotriz trabaja con más de 60 cobots. Realizan 14 tipos de aplicaciones y han logrado 102 eficiencias.
Robótica colaborativa: una tecnología sin fin
Uno de los beneficios de la robótica colaborativa más apreciados en el sector de la automoción es su alta versatilidad, lo que significa una mayor capacidad innovadora. De hecho, Universal Robots cuenta con 310 partners UR+ y 440 productos certificados que permiten ampliar las prestaciones de los cobots para resolver los casos concretos que se dan en las fábricas.
Prueba de esta versatilidad sin límites nos la ofrecen centros tecnológicos como Leitat. En sus últimos proyectos han experimentado con el montaje de cables sin visión artificial con la ayuda de cobots; los robots industriales móviles para un rango de actuación extendida, o el desensamblado de baterías para diagnosticar el final de su vida útil mediante cobots.
Otro ejemplo nos llega de la mano de Forvia, que aplica soluciones robóticas a nivel global y ha creado Easybot, un paquete de soluciones con robots colaborativos que pueden usarse en las tareas manuales más comunes de la automoción. Entre estas aplicaciones encontramos un robot colgado que aplica spray en colaboración con un operario o un trolley con ruedas desde el que un robot transporta placas de metal.