La tecnología ha conseguido vencer prejuicios y falsos mitos ante la efectividad y rapidez con las que ha aportado soluciones para hacer frente a la pandemia de COVID-19. Esto ha permitido que industrias esenciales sigan en funcionamiento y adapten su forma de trabajar de forma ágil y rentable.
Si la Industria 4.0 ya supueso la consolidación de entornos de trabajo colaborativos entre máquinas automatizadas y humanos, el COVID-19 ha obligado a usar la tecnología y los cobots para crear entornos de trabajo seguros, fáciles de desinfectar y en continua actividad.
Procesos automatizados más seguros en los tiempos de COVID-19
Si algo ha puesto en valor el COVID-19 es la importancia de los protocolos de higiene en todas las tareas y la desinfección constante para mantener las zonas de trabajo limpias y seguras.
Si nos detenemos en la industria agroalimentaria, la manipulación de alimentos o las tareas de empaquetado y traslado de mercancía pueden llevarse a cabo mediante brazos robóticos, cuyos materiales, diseño y acabado evitan que la suciedad se acumule, al tiempo que se pueden desinfectar de forma minuciosa, varias veces al día.
Por ejemplo, en tareas de pick & place de alimentos y productos frescos, la manipulación se puede hacer sin la intervención de la mano humana. Lo cual implica beneficios como mejorar la precisión y el óptimo aprovechamiento de los recursos.
Actualmente, al ser tareas realizadas por brazos robóticos higienizados, se garantizan entornos de trabajo desinfectados, limpios y más fáciles de controlar porque no hay presencia humana, o esta es muy escasa y actúa con una alta experiencia en protocolos de higiene.
En la aplicación de cobots en la industria farmacéutica o química ocurre algo similar. La Industria 4.0 comenzó en sectores como estos, ya que son referentes en procesos de I+D y en la aplicación de la tecnología a procesos de trabajo más efectivos, automatizados y estériles.
En tiempos de COVID-19, cuando los hospitales y centros farmacéuticos trabajan con más presión y demanda que nunca, la tecnología robótica permite mantener exhaustivos controles de calidad sobre los productos finales.
Una muestra muy clara de las facilidades de la Industria 4.0 en la era de la pandemia de COVID-19 es el Hospital Universitario Gentofte de Copenhague, que ya hace años invirtió en robots UR5 para manipular muestras de sangre y logró aumentar el número de resultados entregados al día. De hecho, más del 90% de los resultados se obtienen en menos de una hora.
Ahora esta manipulación de pruebas y analíticas permite tener diagnósticos mucho más rápido, actuar en menor margen de tiempo y detectar contagios de forma más eficaz para poder tratar a los pacientes.
Automatizar procesos para adaptarse a la nueva normalidad
Suplir la reducción de mano de obra
Ante los confinamientos o las reducciones de plantillas por turnos para evitar contactos y mantener distancias de seguridad, muchas industrias se han enfrentado a problemas de falta de mano de obra.
Empresas como SHAD han podido hacer frente a la situación porque los operarios han repartido las cargas de trabajo y han reubicado y reprogramado cobots para automatizar tareas o aumentar el ritmo de producción.
De este modo, SHAD ha destinado más cobots a tareas de ensamblaje de accesorios de motocicletas y ha mantenido el volumen de productos acabados. Así ha podido mantener plazos de entrega sin casi variaciones y garantizar el envío de suministros.
Facilitar tareas de desinfección y limpieza
Los brazos robóticos, ya en su diseño inicial, se dotan de materiales y acabados fáciles de limpiar.
Ante la agresividad del virus COVID-19, esto ayuda a que los brazos robóticos se pueden usar en entornos de trabajo estériles, como en la alimentación o en quirófanos.
La Industria 4.0 y la aplicación de la tecnología en la medicina hacen posible el uso de cobots para realizar cirugías e implantes , hecho que cobra ahora más valor ante la carga de trabajo de la sanidad, que debe mantener operaciones rutinarias con menos personal y en espacios completamente estériles.
Incentivar el trabajo remoto en los roles profesionales que lo permiten
En el caso de la empresa ENDUTEC , los brazos robóticos han facilitado la articulación del trabajo presencial y remoto entre ingenieros y operarios para mantener el ritmo de producción.
Los ingenieros reciben los datos y volúmenes de trabajo de los cobots y estudian los procesos para tomar decisiones sobre la programación o ubicación de los cobots en la cadena de montaje. A continuación, envían las decisiones de programación a los operarios en planta que se encargan de la configuración de los cobots para que las máquinas automatizadas sigan trabajando a pleno rendimiento y con las mismas pautas de supervisión y control.
El webinar gratuito “Industria 4.0 después del COVID-19” organizado por Universal Robots hace un repaso de casos de éxito sobre el empleo de cobots en los nuevos contextos de trabajo y sobre las distintas opciones de automatización que existen para seguir avanzando hacia la Industria 5.0.